El mes pasado se celebró el foro de Davos, cuyo lema en esta ocasión ha sido «la cuarta revolución industrial«. La primera revolución industrial usó el agua y el poder del vapor para mecanizar la producción industrial. La segunda utilizó la electricidad para mejorar la capacidad productiva. La tercera usó la electrónica y las tecnologías de la información para automatizar la producción. Ahora, la cuarta revolución se ha construido a partir de la tercera pero existen tres razones que indican que no es una continuación: velocidad, alcance y su impacto sistémico.
Estos cambios están irrumpiendo en casi todas las industrias de todos los países. La amplitud y profundidad anuncian la transformación de los sistemas enteros de producción, gestión y gobernabilidad y los sistemas sanitarios también se verán afectados. Las posibilidades que ofrecen millones de personas conectadas con dispositivos móviles, capacidad de almacenamiento, capacidad de procesamiento y acceso al conocimiento son ilimitados. El potencial de todo lo anterior se multiplica con la aparición de tecnologías emergentes como el internet de las cosas, robótica, nanotecnología, impresión 3D y la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial no es algo nuevo, surgió aproximadamente hace 50 años, pero es en los últimos años cuando se han conseguido los mayores avances. Esto se debe a tres factores principales: capacidad de cómputo, algoritmos y datos. En estos tres campos se están produciendo mejoras exponenciales lo que está permitiendo construir coches autónomos, descubrir nuevos principios activos, asistentes personales, reconocimiento de imágenes, etc.
Todo lo anterior implica que en un corto-medio plazo se va a producir un desarrollo espectacular de la inteligencia artificial y la robótica. Una de sus consecuencias más evidentes va a ser la automatización de una gran cantidad de puestos de trabajo, no solo aquellos que necesitan de fuerza física sino también en aquellos que necesitan capacidad cognitiva. Un estudio de la Oxford Martin´s School indica que el 45% de los actuales puestos desaparecerán en los próximos 20 años destacando la administración y el transporte. A medida que la tecnología avanza, las máquinas y robots asumen nuestros trabajos y los convierten en trabajos obsoletos a una velocidad mucho más rápida de la que somos capaces de crear nuevos. Trabajos que se consideraban seguros pasan a no serlo como taxistas, repartidores, pilotos, etc. Los drones nos llevarán a casa hasta las pizzas. Se estima que se pueden perder 7 millones de empleos hasta el 2020 que se compensarán con la creación de 2 millones de nuevos empleos en las áreas de computación, ingeniería, arquitectura y matemática.
La inteligencia artificial y los Sistemas Sanitarios
Los sistemas sanitarios también se van a ver afectados por esta revolución. En estos momentos la incorporación de estas nuevas tecnologías está permitiendo la mejora en la atención al paciente mejorando su calidad de vida, robots en quirófano, teleasistencia, medicina personalizada, etc. Una de las tecnologías más importantes de esta revolución como es la inteligencia artificial aún no ha llegado a ser muy aplicada. Existen muchas razones, la industria de la salud está muy regulada y es un industria muy compleja pero esto puede estar cambiando. Algunos campos donde se puede aplicar ampliamente son:
- Predecir resistencia a fármacos
- Ayudar en la adherencia a los tratamientos
- Desarrollo de fármacos más inteligentes
- Diagnostico automático de enfermedades
- Reconocimiento de imágenes
- Medicina personalizada
- Prevención y reducción tasas reingreso
- Mejora eficiencia y ahorro de costes
A parte de todo lo anterior, tenemos que añadir que actualmente los sistemas sanitarios de los países desarrollados están siendo cuestionados a nivel de sostenibilidad. La población está envejeciendo y mantener los niveles actuales de atención tal y como entendemos la sanidad en estos momentos (orientada al paciente agudo) va a ser complicado debido a los recursos que se necesitan. Aunque sea una paradoja, en nuestro sistema público el coste del personal ronda el 45% del presupuesto lo que implica que mejoras en este capítulo van a implicar mejoras en la sostenibilidad del mismo y más pronto que tarde algunos de los trabajos que actualmente conocemos en sanidad serán sustituidos por máquinas como en otros sectores. Un ejemplo claro lo podemos encontrar en la radiología. La rápida evolución de los algoritmos basados en Deep learning permite la interpretación automática de imágenes lo que va a implicar que algunas de las tareas de los radiólogos sean sustituidas por algoritmos informáticos. Una empresa innovadora trabajando en estos temas es enlitic, cuya filosofía es utilizar la gran cantidad de datos médicos (radiografías, notas médicas o pruebas de laboratorio) y la capacidad de computación para hacer diagnósticos médicos de forma más rápida, más precisa y más accesible que los propios médicos. Ahora puede parecer un reto muy ambicioso pero en el futuro ¿lo lograrán?
Uno de los factores más importantes en esta revolución son los datos. En este punto la gran cantidad de datos que se están generando diariamente en nuestras organizaciones sanitarias en general no están siendo explotados (me esta ocurriendo personalmente a nivel profesional, es un problema común). No me quiero ni imaginar cuando la secuenciación del ADN sea otra de las informaciones asociadas al paciente, su coste se ha reducido drásticamente en los últimos años y será una información de la que se va a poder disponer para todos los pacientes en breve, aquí surgirán otros problemas sobre todo a nivel de infraestructuras. Personalmente en este punto veo varios problemas asociados a la forma en la que las organizaciones tratan su información, en general compartir la información de los organizaciones es complicado y hacer análisis exhaustivos requieren gran capacidad de computo que se encuentra en la nube con servicios como AWS, Azure, Google Cloud Platform, etc. En este punto, el uso de estas plataformas de momento no está muy generalizado y va a ser necesario un cambio de política como ha ocurrido en otras industrias como la banca, utilities, etc. Ceder la información a terceros no es fácil y a esto se une la regulación que no lo pone fácil pero el análisis necesita información y capacidad de cómputo. A todo esto se va a unir la falta de profesionales en este área, los conocidos como data scientists, esto va a implicar un reto en los próximos años en todas las industrias, la sanidad incluida.
Nuestra sanidad publica tiene un coste por paciente generalmente menor en comparación con los sistemas sanitarios de otros países desarrollados semejantes pero su sostenibilidad también corre peligro. Esta nueva revolución tiene que ser adoptada para mejorar la calidad de vida de los pacientes y ayudar a la sostenibilidad del propio sistema.Es un gran reto que acaba de empezar y con un gran recorrido por delante.
¿Cómo creéis que va a transformar esta revolución los sistemas sanitarios? ¿Van a evolucionar a la misma velocidad que lo hace las tecnologías implicadas? ¿Conocéis ejemplos reales de aplicación de estas nuevas tecnologías?
Hablando de eSalud 
Tengo dudas sobre cómo están definiendo las revoluciones industriales. Por ejemplo, en 2006 el Parlamento Europeo firmó una declaración avalando la definición de «Tercera Revolución Industrial» propuesta por Jeremy Rifkin. Dejo aquí su definición: https://es.wikipedia.org/wiki/Tercera_revoluci%C3%B3n_industrial
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Publicado por aorviz | 30/03/2016, 16:01A nuestro pesar, por lo general nuestras instituciones van muy por detrás de lo que avanza la sociedad. Actualmente los cambios tecnológicos son muy rápidos en desarrollo y en adopción lo que implica que muchos de estos están desregulados. Personalmente, una revolución debe implicar cambios en la sociedad y todo lo que comentamos esta provocando cambios en las necesidades de trabajo que los que no estén en ellos se quedaran fuera del sistema. Esto va a implicar un cambio en la sociedad y es a lo que yo llamaría revolución.
La unión europea se centra mucho en la energía en su definición olvidándose del resto, creo que esto es el error porque siendo muy importante es un cambio en la forma de generación mejorando lo existente pero de ahí a revolución. Si estoy de acuerdo con el tema de coche eléctrico y su impacto en todo el tema del petróleo y sus consecuencias como hemos visto últimamente.
Como se definan oficialmente, igual da, lo que esta claro que las nuevas tecnologías de las que hablamos en el artículo están abriendo una grandes posibilidades a precios reducidos sin necesidad de subvenciones que van a provocar cambios de calado, el que no se subo a ellos lo pagara en el futuro.
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Publicado por jvabad | 31/03/2016, 09:29Lo que creo que ocurre es que, en su momento, la UE apostó por la idea de Tercera Revolución Industrial, pero aún «estamos trabajando en ello». Es decir, es un escenario al que deberíamos llegar. El libro del Rifkin es inspirador (por lo menos para los ecolojetas progres como yo). Rifkin propone la definición de revoluciones industriales sobre tres ejes que se dan al mismo tiempo:
– Tecnologías de la comunicación
– Sistemas de energía
– Medios de transporte (que utiliza el nuevo sistema energético)
Dice que sobre estas bases se desarrolla toda la industria. Necesitamos un modelo energético que deje atrás las energías fósiles (porque se están agotando y contaminan) e ir hacia un modelo de generación distribuida de energía que tenga en Internet su coordinación. Los vehículos tendrán que ser eléctricos o de pilas de hidrógeno.
Por otra parte la definición que propone en foro de Davos se basa en algo que ya hemos vivido y estamos viviendo. Sospecho que la definición de Rifkin ha perdido fuelle en los últimos años.
Saludos.
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Publicado por aorviz | 31/03/2016, 11:11